Orejero italiano de los años 50 de singular diseño del que disponíamos dos piezas.
Una pieza la tapizamos en antelina morada con vivo, también en antelina negra.
La otra pieza, la realizamos a petición de la clienta tapizando y acolchando la base, sin almohadón y quedando los brazos en una posición mucho más elevados.